La conmemoración de la historia reciente y la memoria colectiva - Prof. Ana Licari

20.03.2014 18:27

Revista N° 2 - Febrero/Marzo de 2014

 “La importancia de la Historia no es la aventura del conocimiento sino la transformación de la realidad” François Dosse.

 En pocos días más, un feriado nacional, reiniciará las preguntas que demandarán respuestas, reinstalará la polémica y reavivará el debate. Porque no significa una fecha más en el calendario (discutido) de efemérides escolares ni significa un acto patrio tradicional, como se suele banalizar tristemente. Se trata de la conmemoración del 24 de marzo de 1976, ni más ni menos. Un punto de inflexión, una bisagra en la historia de la sociedad argentina. Entonces, el pasado reciente, retorna como disparador y nos invita (y compromete) a posicionarnos ante cuestiones candentes como : DICTADURA, REPRESIÓN, TERRORISMO DE ESTADO, DESAPARECIDOS, EXILIO, TORTURA, MIEDO, CENSURA, RESPONSABILIDAD CIVIL, DERECHOS HUMANOS.

   Como docente de Historia siento el compromiso de abordar, esta fecha, en el marco de una reflexión colectiva, con una mirada crítica desde la multiperspectiva y la pluralidad de voces.

   Como formadora de futuros docentes de Historia, planteo el reto desde estas cuestiones: ¿Cómo realizar una lectura del pasado reciente sin generar ánimos de revanchas o reavivar enfrentamientos?, ¿Qué relación, con ese pasado doloroso, estoy promoviendo? y ¿Qué otras formas de recuerdo y transmisión puedo ofrecer?

El espejo de la Historia

   Tradicionalmente, la Historia ha desempeñado un importante papel en la construcción de las identidades nacionales y comunitarias. Los relatos acerca del pasado son espejos en los que mirarse y han sido centrales en la consolidación de los Estados Nacionales. Trazaron no sólo una genealogía sino, sobre todo, una causalidad que ubicaba a los pueblos en un camino predeterminado hacia un futuro merecido, sobre la base de la Historia. Basta analizar, el papel de la educación pública, en la Argentina de fines del siglo XIX y principio del XX. Pocas épocas han mostrado un interés tan ferviente, en el pasado, como la actual. Se establecen fechas conmemorativas, se preservan sitios como monumentos de la memoria, se homenajean a los sobrevivientes y se clama por justicia.

   “Sin embargo, las catástrofes del siglo XX pusieron en crisis la función social de la Historia y la transformaron en un espejo incómodo: ¿cómo incorporar en el pasado hechos aberrantes perpetrados en el seno de la comunidad misma? ¿Cómo se cuenta el horror? ¿Cómo se cuenta la historia reciente de este país? ¿Qué había sucedido en la Argentina? ¿Todavía está sucediendo? Y ¿Qué acontece cuando los recuerdos, de los contemporáneos a los hechos, se contradicen con el relato oficial acerca del pasado? (Federico Lorenz “El pasado reciente en la Argentina: las difíciles relaciones entre transmisión, educación y memoria”).

   La dictadura militar, en el poder entre 1976 y 1983, y la guerra de Malvinas, en 1982, constituyen los ejes para iniciar el análisis de casos, la recuperación de la memoria colectiva, la resignificación social y ciudadana y el relevamiento de innumerables microhistorias que hacen al contexto macro.

La memoria ¿le da vida a la Historia?

   En los últimos años y a través de libros, actos, films, relatos de sobrevivientes, murales, monumentos y espacios recuperados, se ha intentado afirmar una memoria pública que transmita, a las nuevas generaciones, el repudio hacia las prácticas criminales del Estado.

   Por otro lado, ha sido y es notorio el aumento del interés y participación de los jóvenes en lo público, particularmente en relación con el presente, la Historia y los proyectos nacionales . Esto incentiva , también, el análisis del pasaje de la “despolitización” de los ’90 a la “politización” actual de los jóvenes.

   Vemos, entonces, que la vinculación entre la juventud, la vida cotidiana y la Historia, adquiere sentido en la construcción de la identidad social.

    Se necesita un mayor número de investigaciones históricas que propongan interpretaciones sobre el pasado reciente. Por lo que , las nuevas corrientes historiográficas, establecen dos categorías para trabajar la Historia : INCLUSIONES  y EXCLUSIONES.

 ¿Cuál es el lugar de la propia experiencia vital de docentes y alumnos?

** Vincular a la Historia con la formación del ciudadano democrático.

**Construir identidades provinciales, regionales y locales.

**Articular las voces de los docentes y los alumnos como una voz entramada de la Historia.  La trama es sincrónica y se construye con tensiones y conflictos.

**Constituir las aulas en espacios de conversación entre quienes piensan distinto, problematizando el presente pero sin perder de vista el contexto histórico:” el pasado como espacio de experiencia”.

**Resignificar la investigación y la revisión históricas recuperando la narrativa histórica: “la memoria es la matriz de la Historia”.

   La resignificación del pasado se enfrenta a numerosos escollos ya que ,muchas heridas, todavía sangran y muchas voces no se animan o no se deciden a expresarse, aún.

   Es que esta “historia del tiempo presente”  se encuentra en una tensión muy fuerte puesto que hay una marcada sincronía entre el historiador y su objeto de análisis. Así aparece el problema de la subjetividad. Problema que se agranda cuando se traslada al ámbito escolar.

 “Las políticas oficiales de memoria (plasmadas en el currículo, en el calendario escolar, en los libros de texto) no necesariamente coinciden con la visión de los docentes que, como todos los argentinos, emergieron de esos años más o menos afectados por el terror. Pero, a diferencia de otros ciudadanos, tienen el trabajo de transmitir relatos del pasado” F. Lorenz op. cit.

   El “deber de la memoria” puede chocar con elementos esenciales del proceso  educativo . Entre ellos, la distancia entre “el deseo de verdad” y la necesidad pedagógica de, en cierto momento, abandonarla.

   El proceso educativo, cuando se relaciona con la transmisión de valores ligados a hechos del pasado, necesariamente implica herramientas conceptuales y valores que tienen sentido en el presente, es decir para los alumnos. Para posibilitar esa transmisión el docente debe lograr, en su trabajo, devolverles historicidad a esos valores, hacerlos comprensibles y esto se dificulta en el caso de símbolos y modelos asociados a la tragedia y al dolor más profundos y con una fuerte carga ética.

   Ello refleja las tensiones entre el imperativo de la memoria y la construcción disciplinar de la Historia, cuya relación es muy controvertida y da lugar a intensos debates, desde la noción de “memoria colectiva” a la de los “usos públicos de la Historia “.

Efemérides, formación de docentes  y memoria colectiva

   Trabajar una efeméride, como el 24 de marzo, representa todo un desafío para los docentes en general y los de Historia, en particular.

   “ Los alumnos no reciben a lo largo de su educación escolar, suficientes conocimientos disciplinarios ni herramientas conceptuales para superar las profundas ambivalencias y contradicciones entre los aspectos emotivos y cognitivos e, incluso cuando pueden cuestionar los contenidos recibidos en la escuela primaria y secundaria, no llegan a desarticular los conceptos previos, medulares, conformados por una visión finalmente doctrinaria. Cuando eso sí sucede es excepcional y siempre indica que el sujeto en cuestión ha logrado superar un conflicto que llega a la dimensión de lo personal” Mario Carretero y Miriam Kriger “Memoria, historia e identidad”

   Si bien la cuestión de las efemérides reaviva la polémica y se plantean nuevos interrogantes sobre su “utilidad” dentro del ámbito académico, no podemos ignorar que, aún consideradas “estereotipos”, requieren de complejización cuando trabajamos con alumnos futuros docentes.  Dicha complejización requiere de mayor pesquisa historiográfica, de  investigaciones comparadas, de poder transmitir al alumno que el estudio histórico de un tema, problema o efeméride, requiere de una instancia reflexiva de carácter hermenéutico acerca del pasado y su contexto. Que es válido sostener que hay varias versiones posibles sobre un evento pasado y que debemos guiar al alumno -futuro docente-, hacia una comprensión desde la empatía.  

La experiencia local

Muchas experiencias, llevadas a cabo en el marco de la conmemoración del 24 de marzo y desde el Instituto Superior de Formación Docente “Mariano Moreno”, han resultado altamente satisfactorias. El “Mariano Moreno” tiene su propia página en la historia de nuestro pasado, más reciente y doloroso, ya que sufrió los embates funestos y sangrientos de la dictadura militar. Dirigido, entonces, por el Profesor Bernardino Calvo, al que secundaban un nutrido grupo de docentes y alumnos provenientes de la ciudad de Bell Ville y su zona de influencia , vió cómo clausuraron la carrera de Historia , cómo persiguieron a muchos de sus integrantes y cómo desaparecieron otros.

   “Aún hoy seguimos lamentando esos atropellos y esa irracionalidad. La sociedad y la institución han conformado un vínculo que, desde entonces, viene luchando para el “no olvido” y la transmisión de los hechos acaecidos a partir del Golpe del ’76.

   Organizaciones de DD.HH y Abuelas de Plaza de Mayo, son algunos de los organismos que cuentan, entre sus miembros, a docentes, alumnos y ex alumnos, formados en el Mariano Moreno” Ayub Y. Gambandé  A. “Reseña histórica del Profesorado Mariano Moreno”.

   Desde la reapertura de la carrera de Historia, con el advenimiento de la democracia, se fue dando paulatinamente un incremento sostenido en su matrícula a la vez que, la Historia como disciplina, iba cobrando mayor interés y relevancia en los espacios curriculares. Cada año recordamos el 24 de marzo dando a conocer a la comunidad y a las autoridades educativas correspondientes, las producciones historiográficas que realizamos.

   Por lo tanto, el discurso conmemorativo se traduce en investigaciones, publicaciones, participaciones en congresos, producciones audiovisuales, viajes educativos (ESMA, La Perla), charlas y debates, entre tantos formatos válidos para representar y resignificar la “legitimidad” de una efeméride patria.

   Desde 2007 en adelante y a través de los PMI (Proyectos de Mejora Institucional) promovidos por el Ministerio de Educación de la Nación y por el Instituto Nacional de Formación Docente (INFoD); se vienen realizando nuevos aportes a fin de darle accesibilidad a dichas producciones que también, compartimos con el Centro Municipal de Estudios Históricos. Se debe considerar a la enseñanza de la Historia como un instrumento para la emancipación individual y social de la población. Brindarle, al alumno, las herramientas necesarias para la reflexión, el análisis, la duda y la valoración de argumentos.

   La nueva Ley de Educación Nacional Nº 26206 señala en el art. 92:

  “Formarán parte de los contenidos curriculares comunes a todas las jurisdicciones:

Inc. c) El ejercicio y construcción de la memoria colectiva sobre los procesos históricos y políticos que quebraron el orden constitucional y terminaron instaurando el terrorismo de Estado, con el objetivo de generar en los/as alumnos/as reflexiones y sentimientos democráticos y de defensa del Estado de Derecho y la plena vigencia de los Derechos Humanos, en concordancia con lo dispuesto por la ley Nº 25633”.

 

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