La empresa SARGO y el Plan CONINTES en Bell Ville - Lic. Silvia Lacreu - Revista N° 3
26.05.2014 16:54Revista N° 3 - Abril/Mayo - 2014
"Re - cordis quiere decir 'volver a pasar por el corazón' ". Eduardo Galeano
Es mi intención recordar la lucha de los obreros de Sargo y de los abogados laboralistas Aldo Lacreu y Luis José “Lucho” Bondone, en base a mis recuerdos, a conversaciones con protagonistas, anotaciones de mi padre y a mis vivencias personales.
La idea es que quienes tengan historias relacionadas con esta huelga puedan aportar-de aquí en más- a esta construcción colectiva de recuperar historias pequeñas, casi olvidadas. Sería buena la contribución de fotos, anécdotas, testimonios a efectos de develar lo oculto y dar voz a los sin voz. Bell Ville tuvo una rica historia de luchas y resistencias que fueron ocultadas y estigmatizadas por la historia oficial. Es un desafío convertir la memoria secuestrada en memoria fértil a transmitirla a los jóvenes y las jóvenes.
En el contexto de las grandes luchas antiimperialistas llevadas a cabo por los pueblos del mundo-la Revolución Cubana entre otras- llega a la presidencia Arturo Frondizi. Con los votos que provenían del peronismo proscripto, del apoyo de la juventud anitiimperialista, de los sectores progresistas y de la izquierda argentina
La gran esperanza que generó se frustró rápidamente. Dio la espalda a quienes lo habían votado imponiendo un plan económico que favorecía a las multinacionales. Adhirió al FMI y su política de devaluación, congelamiento de salarios e inversiones extranjeras.
Los contratos petroleros sorprendieron a la opinión pública y a funcionarios de su gobierno, al igual que otras medidas antipopulares. Pactó con la Standart Oill, la mayor empresa industrial del mundo capitalista, fundada por Rockefeller.
La juventud frondicista se alejó de la UCRI, por traición al programa votado, frustrando así las esperanzas de una brillante generación de jóvenes que pasarían a engrosar las filas de otros partidos de izquierda, como el Partido Comunista. Así lo hizo el querido compañero Héctor “Pipo”González.
Parte de esas políticas fue SARGO, subsiddiaria de la Standart Oil, cuya planta se instaló en Monte Leña Norte, a pocos km de Bell Ville. La planta tenía a su cargo la construcción de un gasoducto hasta Campo Durán, Salta. Trabajaban en ella entre 150/180 obreros, argentinos en su mayoría.
El conflicto se inicia por reivindicaciones tan elementales como un lugar adecuado para comer, que tuviera techo, sombra, puesto que la comida que llevaban se descomponía. Pedían agua en el lugar y baños suficientes para el N° de obreros, viáticos.
La primera reunión se realizó en el Club Central, formándose la agrupación de Obreros de S.A.R.G.O, designando delegados por tipos de trabajo: pintores, carpinteros, soldadores, peones etc…, que integraban la dirección. Se notificó la constitución del mismo al Departamento Provincial del Trabajo.
De la asamblea surge la modalidad de lucha: paros progresivos. Los obreros intentaron ser amedrentados por la policía, situación que es impedida por dos jóvenes abogados laboralistas que habían asumido su defensa: Luis “Lucho” Bondone y Aldo Lacreu. Se labró un acta en presencia del juez de conciliación y se decretó el statu quo.
No hubo acuerdo con la empresa, comenzando los paros progresivos hasta que se recurrió al arbitraje. Fue designado árbitro el gobernador de Córdoba Zanichelli. La justicia reconoció la legitimidad de los reclamos obreros.
Frondizi, ante el auge de las luchas obreras y populares impuso el CONINTES (conmoción interna del estado). Consistía en el otorgamiento a las FFAA el control de la lucha contra el terrorismo, colocándose a las policías provinciales bajo jurisdicción militar. El Conintes se manifestó en Bell Ville ya que intentaron detener a los abogados defensores.
En el caso de mi padre el allanamiento fue con gran despliegue de armas y de efectivos del ejército. Yo tendría unos 10 años para entonces. Recuerdo que irrumpieron a los gritos. La casa se llenó de militares en segundos. Mi madre puso el Himno Nacional Argentino en el antiguo combinado de la casa. Los militares se cuadraron y dejaron de romper, tirar lo que encontraban a su paso. Al terminar el himno mi mamá abrió los brazos en cruz y les dijo:”este es un estudio jurídico y es inviolable, por lo tanto, no entran”. Y no entraron. Siguieron revolviendo la casa y gritando pero no entraron.
En las esquinas había soldados apostados, con armas. El que estaba en Entre Ríos y Rivadavia era nuestro querido y recordado Juancho Maggi, que vio pasar el auto de mi padre al que ya los vecinos habían alertado. Mi padre estuvo con captura recomendada durante un tiempo. Fue albergado por amigos hasta que el peligro pasó.
La empresa no cumplió con lo pactado: pagar en dólares. Lo hizo en moneda nacional. Yo recuerdo haber visto valijas muy grandes llenas de dinero para pagar a los obreros. Nunca en mi vida había visto tanto dinero junto. La alegría de la gente era muy grande. En un pergamino que perduró en los estudios de los abogados mencionados, había un texto de reconocimiento a los abogados firmado por todos los obreros de la Sargo.
Sargo no dejó la maquinaria traída desde EEUU a YPF. Prefirió destruirla. La obra terminó varios meses antes de lo previsto, demostrando así la eficiencia del personal de la planta.
La empresa norteamericana Sargo contaba con el apoyo del ejército, la policía y los servicios. Se la venció con razones, habilidad y justicia. Con compromiso y solidaridad y lucha.
Ni la Doctrina de seguridad Nacional ni las sucesivas dictaduras pudieron detener la demanda contra el olvido de la que muchos y muchas formamos parte como colectivo, ya que, al decir de Rodolfo Walsh “…la historia no puede seguir apareciendo como propiedad privada de los dueños de todas las cosas”.
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