La UCR de Bell Ville: el Siglo XX en un partido – Por Carlos Boschetti

28.05.2014 16:20

Revista N° 3 - Abril / Mayo

Primera Parte

Tratar de historiar al radicalismo de Bell Ville es algo sencillo, dada la gran importancia que este partido político ha tenido a lo largo del Siglo XX en el quehacer político e institucional de la ciudad. Sin embargo, la riqueza de su trayectoria, hace que cualquier reseña que se pretenda hacer sobre la misma se vuelva extensa.  Por lo tanto, convendrá (a los fines de este trabajo) confeccionarla sobre la base que aportan sus dirigentes más destacados, entre ellos, los intendentes municipales que gobernaron Bell Ville desde 1915 hasta 1999 de manera prácticamente ininterrumpida. No obstante, se hace necesario destacar también a aquellos que aportaron un sello propio al radicalismo.

Santiago Hilario del Castillo

Santiago Hilario del Castillo nació en Bell Ville en el año 1898. Vivió en esta ciudad durante su niñez y estudió abogacía en la Universidad Nacional de Córdoba. Durante sus estudios, fue presidente del Centro de Estudiantes de Derecho y de la Federación Universitaria de Córdoba.

En 1914 se afilió a la UCR, ocupando distintos cargos partidarios, entre ellos la presidencia del comité de circuito de Córdoba capital.  En 1940 fue elegido gobernador de la provincia, acompañado por Arturo Illia como vicegobernador. Su gestión continuó la política de su predecesor, Amadeo Sabattini: se hicieron grandes esfuerzos en fomentar la educación pública (creó la Escuela Normal Superior y el Instituto Pedagógico), se buscó la contención del gasto, y se mejoraron los controles sobre la legislación laboral. Sin embargo, no llegaría a completar su mandato, ya que la provincia sufrió una intervención federal en 1943.

Entre los años 1950 y 1954 fue presidente del Cómité Nacional de la UCR y en 1958 fue candidato a vicepresidente, integrando la fórmula de la UCR del Pueblo junto a Ricardo Balbín. Sin embargo, fueron derrotados por la fórmula de la UCR Intransigente, compuesta por Arturo Frondizi y Alejandro Gómez.

El dato más destacado de la vida política de Del Castillo, sin embargo, fue la decidida campaña de apoyo a la Revolución Cubana contra la dictadura de Fulgencio Batista primero y contra las tentativas de intervención norteamericana después, lo que le valió no pocas críticas dentro y fuera de su partido. Puede decirse que Del Castillo, bellvillense de nacimiento y radical desde su adolescencia, fue el primer dirigente de ese partido en adoptar una postura antiimperialista orientada al socialismo. Del Castillo falleció en 1962, un año después de la tentativa de invasión norteamericana a Cuba (desembarco en Bahía de los Cochinos, batalla de Playa Girón con victoria de las fuerzas de defensa cubanas), en la ciudad de Córdoba. Hoy lleva su nombre  el IPEM nº 77 de Barrio San Felipe en Córdoba Capital.

Arturo Matterson

Arturo Matterson fue intendente de Bell Ville durante los períodos 1915 – 1918, 1928 – 1930 (interrumpida por el golpe de Estado del 6 de setiembre de ese año) y 1936 – 1940. Es decir, acompañó desde el gobierno municipal a las gestiones presidencial de Hipólito Irigoyen y provincial de Amadeo Sabattini.

Matterson llegó a la UCR en 1911, al producirse la reorganización de ese partido tras la última revolución del parque y ante la inminente sanción de la llamada “Ley Sáenz Peña”, que vino a establecer el sufragio secreto y obligatorio. Por esta conquista, la UCR produjo los levantamientos cívico - militares de 1890, 1893 y 1905.

Puede decirse que Arturo Matterson es el fundador de la Bell Ville moderna. Muchas de sus obras importantes, aún en nuestros días se mantienen vigentes.

A las gestiones de Arturo Matterson Bell Ville le debe el pavimento de hormigón armado de 113 cuadras del micro y el macrocentro (construido con el apoyo económico del Gobierno Nacional), la apertura de la avenida costanera de calle Tucumán hasta Edison, el trazado de nuevos barrios, la extensión de la red de agua domiciliaria y el comienzo del ex mercado municipal y el ex matadero municipal.

Amén de ello, durante sus gestiones trabajó mancomunadamente con los gobiernos nacional y provincial para concluir las escuelas Terminal y de Artes y Oficios (Industrial).

También durante su último período de gobierno, se confeccionaron los planos correspondientes al nuevo palacio municipal y se dejó un depósito de $ 50.000 para la expropiación del terreno donde actualmente se encuentra la sede del gobierno local. Esta obra no pudo ejecutarse durante la gestión de Matterson debido a que la empresa contratada para construir el mercado y el matadero, no  estaba en condiciones de construir la municipalidad. Por tal motivo, esta obra fue ejecutada por el sucesor de Matterson, el Dr. Hugo Leonelli, quien la financió con un empréstito tomado a capitalistas rosarinos.

Vale señalar que las gestiones de gobierno de Arturo Matterson se desenvolvieron en coyunturas políticas y  económicas (mundiales, nacionales, y hasta regionales) marcadamente desfavorables. Esto contribuye a hacer aún más meritorios los logros alcanzados durante sus gobiernos.

Así, durante su primer mandato, Bell Ville debió soportar la caída vertical de la actividad económica, debido al impacto negativo de la 1ª Guerra Mundial. A esto se sumó una persistente sequía en la zona, que hizo fracasar  las cosechas de 1915/ 1916 y 1916/ 1917. Recién en 1918 (cuando expiraba la primera gestión de Matterson) una gran cosecha vino a traer alivio a la situación que padecían la ciudad y su zona de influencia.

En la década del ’30, le tocó sobrellevar las consecuencias del impacto provocado por la gran depresión norteamericana, que se contagió a los países dependientes (de una u otra manera) de su economía. También debió soportar las políticas económicas de los gobiernos conservadores, instalados a partir del golpe de Estado de 1930.

“Fueron años de triste memoria – recordaba Arturo Matterson en uno de sus últimos reportajes – la pobreza y la miseria llevaron a la quiebra a importantes empresas. Incluso al banco local, del que fui tesorero. Fueron años muy difíciles para quienes administrábamos el interés público y trabaron el ritmo normal del proceso evolutivo de la ciudad”.

Además de su obra, Matterson se caracterizó por la defensa de los intereses populares. En ese marco se inscribe la disputa que mantuvo con la Unión Telefónica, compañía de capitales británicos que prestaba el servicio telefónico en la ciudad: Obligó a la empresa a discutir y firmar un nuevo convenio para la prestación del servicio en Bell Ville. Ocurre que la UT operaba al margen de la ley y sin respetar ordenanza vigente alguna.

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